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| Guerrero ha demostrado su lado caritativo. Foto: elcomercio.pe |
Es conocido el temperamento de Paolo Guerrero en el terreno de juego. Sus actuaciones en determinados partidos lo han llevado a enfurecerse y mostrar esa mirada de pocos amigos. Esa expresión de chico malo con las cejas fruncidas, más las abruptas reacciones frente a los árbitros y rivales, han sido los factores que en muchas ocasiones hayan provocado unas cuantas expulsiones.
Sin embargo, cuando el ‘Depredador’ está concentrado en lo que tiene que hacer en la cancha, se convierte en un líder y empieza a generar jugadas de peligro en arco contrario. No solo para él sino para sus demás compañeros. Y es que esa actitud solidaria en el campo, también se transmite cuando hay que ponerse la mano en el pecho y ayudar a la gente.
Por ejemplo, a través de su fundación, le otorgó una mototaxi al papá del niño Nicolás Aponte que sufre de un mal congénito. Asistió a un programa de baile para hacer pública la obra y a pesar que no se sintió muy cómodo al estar parado en el escenario, su acción fue muy valorada.
En otra ocasión, regaló la camiseta del entonces club en donde jugaba, Hamburgo, para que sea subastada en una kermesse. El fin era de recaudar fondos para ayudar a la señora Sandra Gabrielli, una madre peruana que necesitaba hacerse un trasplante de médula en Argentina.
Asimismo, en la navidad pasada se vistió de ‘Santa Claus’ y regaló juguetes a los niños más necesitados en el distrito del Rímac.
Estas tres acciones lo describen como persona. No solo basta ser un buen futbolista sino sobre todo, una buena persona. Por eso, la relación entre el hincha y Paolo parece ser tan inquebrantable como las veces en la que el delantero se enfunda la blanquirroja y defiende los colores patrios.
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