El temperamento del Guerrero

Guerrero acostumbra a causar polémica. Foto: Libero.pe

Paolo Guerrero es un gran jugador, de eso nadie tiene duda.  Sin embargo así como mucha gente lo elogia por siempre dejar todo en la cancha cuando juega, hay un lado del ‘depredador’ que ha sido su talón de Aquiles desde que se inició: su temperamento.

El 17 de junio del 2008 durante el encuentro válido por las eliminatorias del Mundial de Sudáfrica, Guerrero fue expulsado del encuentro. La razón de la tarjeta roja de debió a que el peruano insultó al árbitro chileno Pablo Pozo por cobrar un penal en contra de la selección nacional. Esto lo llevó a no jugar por seis fechas las eliminatorias. La última vez que se perdió un partido por suspensión, fue contra en el último partido de la selección ante Chile por haber recibido su segunda tarjeta amarilla el torneo en el encuentro previo ante Paraguay.

 Un año después, esta vez jugando por el Hamburgo, nuestro goleador fue protagonista de otro vergonzoso hecho. Después de una derrota de su equipo, Paolo, cuando estaba a punto de dirigirse a los camarines, se detuvo antes de entrar al túnel y después de una discusión verbal con un hincha, el numero 9 arrojó una botella de plástico directamente a la cara del fanático. 100 mil euros tuvo que pagar Guerrero como compensación y como medida para evitar la cárcel.

       

Pero quizás el hecho que generó más rechazo hacia el jugador del Corinthians fue la patada que le propino al arquero del Stuttgart, Sven Ulreich, cuando su equipo estaba perdiendo por un 3 a 0 de local. La acción de Guerrero nunca fue con la intensión de ir al balón y fue una agresión en todo sentido. También fueron seis las fechas que el atacante recibió pero esa vez fue en las Bundesliga.

La pata que dio la vuelta al mundo. Foto: Youtube.com

El temperamento de nuestro goleado es algo que siempre va a estar presente y que es probable que traiga más hechos como los mencionados. Esperemos por el bien de él y de la selección que llegue el día en el que Paolo aprenda a controlar sus impulsos y que vuelva a ser noticia pero solo por sus goles.